Del Tempul y su Castillo

De la sierra pedregosa
en lo más alto y agreste,
hay un soberbio castillo,
cuya contextura fuerte
y elevación prodigiosa,
á quien lo mira sorprende;
pues las negruzcas almenas
que lo coronan, parece,
que entre las errantes nubes
en ocasiones se pierden.
Manuel Bellido – 
Glorias Xerezanas. Romances Históricos.



El Castillo de Tempul, conocido como Hisn Tanbul bajo dominio musulmán, hubo de ser una fortaleza igual de importante que de imponente. Sobre el origen etimológico del término se han realizado dos propuestas: de una parte la que le da una procedencia griega, Tempullus, forma diminutiva de Tempe,  nombre de un valle de Tesalia; y por otro lado la que le supone un origen árabe, Tembul, que significa “te mojas” o “te mojarás”, haciendo referencia al cercano manantial. Sin embargo, desde su abandono no solo fue cayéndose abajo por el peñasco sobre el que se alzaba, sino que al parecer cayó también en el olvido para pobladores e incluso investigadores.


Aprovechando una de las jornadas programadas para georradar, mientras esperábamos la llegada del equipo, tuvimos ocasión de subir a lo alto del afloramiento de ofita sobre el que se asentaba la fortaleza. Desde abajo pareciera que lo único que queda del castillo fuera una pequeña estructura de piedra, correspondiente posiblemente con una esquina o cadena de ángulo de la torre del homenaje. Sin embargo, a medida que avanzábamos en nuestro ascenso, comenzamos a ver muchas más estructuras defensivas, distinguiéndose, incluso, varias cercas.

El camino original de acceso parecía enfilar la fortaleza desde el suroeste, elevado y protegido sobre un muro del cual aún se pueden percibir vestigios.


En seguida llegamos a una primera cerca de la que se conservan escasos restos de muro de sillarejo. Entre estos muros y los siguientes se abre un amplio espacio que bien pudo ser el patio de armas del castillo. A continuación se levanta una torre de tapial y un lienzo de muro de sillarejo que cierran la ladera septentrional y separan el patio del castillo del nivel superior donde se alzaría la torre del homenaje.


Por un lateral se adivina la escalinata que estaría labrada en piedra y que daría acceso a ese nivel, entre estructuras indefinidas cubiertas por la vegetación. Una vez en la parte más alta, se entiende la importancia estratégica del Castillo de Tempul...


Desde allí se domina el valle del Majaceite y se divisan las estribaciones de la Dehesa de Garcisobaco, inmediatamente anteriores al paso del Puerto de Galis. Al no conocer la altura que alcanzaría la torre del homenaje, no podemos asegurar que se tuviese control visual al otro lado de las elevaciones de Los Cuquillos, hacia el norte. Defecto que se solucionaría fácilmente situando un pequeño cuerpo de vigía. Y esto sin mencionar lo que más nos pudo interesar: el control total sobre el Manantial de Tempul...


Ya que no hemos encontrado estudios arqueológicos sobre el Castillo que allí se alzaría, solo podemos teorizar sobre el origen romano de la fortaleza, pudiendo existir allí un cuerpo de guardia para controlar el manantial y el caput aquae del acueducto. Sin embargo, sí podemos destacar algunas notas sobre la importancia que Tempul siguió teniendo a lo largo del Medioevo.

El hisn musulmán fue conquistado, presumiblemente, por el Infante Don Pedro, hermano del rey Fernando IV, en torno al año 1310 (entre enero y abril de este año según la “Crónica de Fernando IV”). Tras su conquista, se cree que la fortaleza, así como las tierras de los alrededores, perteneció al concejo de Arcos hasta 1313. En este año se realizó el amojonamiento de Tempul, siendo entregado al concejo de Jerez por Alfonso XI. Veinte años después, en 1333, se haría definitivo este privilegio con la confirmación del monarca. Así pues, los jerezanos quedaron obligados a acudir continuamente a reforzar las defensas del Castillo.


En esta coyuntura se puede situar la defensa que de la guarnición hace la hueste de Fernán Núñez de Ávila contra Abensahé, señor de Algeciras, descrita por Manuel Bellido en sus “Glorias Xerezanas. Romances Históricos” de 1906:

De una ladera frondosa
por entre el sembrado verde
á galope atravesaron
los valerosos jinetes,
hasta alcanzar la espesura
de la inculta sierra agreste,
en cuyo seno escabroso
el galopar entorpece,
ya el selvático ramaje
ó del suelo el accidente;
mas les precisa cruzarlas
por aquel lugar, á trueque,
de llegar tarde al Castillo
de Tempul, trinchera fuerte,
sobre la cual hay noticias
fidedignas y recientes,
que la contraria fortuna
amenazante se cierne.

Por otra parte, algunos autores han escrito sobre la posible pertenencia del Castillo de Tempul a la Orden de Calatrava. En cualquier caso, lo que queda claro es que la fortaleza fue primera línea de frontera más allá de 1340. De hecho, se conocen dos batallas acontecidas en los alrededores de la fortaleza. Una celebrada entre 1314 y 1317, que bien pudiera ser a la que se refiere el romance de Fernán Núñez de Ávila, y otra en torno a 1390.

Así pues, hemos visto la enorme importancia que pudo tener el lugar desde la Antigüedad como punto de control estratégico. Un punto que bien merece la atención de los investigadores y futuras investigaciones.



Bibliografía:

-BELLIDO GONZÁLEZ, M.: Glorias Xerezanas. Romances Históricos. Ayuntamiento de Jerez, Jerez de la Frontera, 1906.
-MARTÍN GUTIÉRREZ, E.: “Análisis de la toponimia y aplicación al estudio del doblamiento. El Alfoz de Jerez de la Frontera durante la Baja Edad Media”, Historia. Instituciones. Documentos, nº 30, Universidad de Sevilla, Sevilla, 2003.
-MARTÍN GUTIÉRREZ, E.: La organización del paisaje rural durante la Baja Edad Media. El ejemplo de Jerez de la Frontera. Universidad de Sevilla, Universidad de Cádiz, Sevilla, 2004.
-PÉREZ CEBADA, J.D.: San José del Valle: de desierto a colonia agrícola. Diputación de Cádiz, Puerto Real, 1998.
-SÁNCHEZ SAUS, R.: “Las órdenes militares en la provincia de Cádiz”, VARIOS. Cádiz en el s.XIII. Jornadas Conmemorativas del VII Centenario de la muerte de Alfonso X el Sabio, Cádiz, 1983, págs. 49-64.

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